sábado, 2 de enero de 2010

Hay que buscarse un amante

El terapeuta y escritor argentino Jorge Bucay escribió el siguiente texto. Échale una ojeada.

Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimos, las que viene a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.
Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en que ocupar el tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzados.
Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro: “Depresión” y la infaltable receta del antidepresivo de turno.
Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que necesitan realmente ¡ES UN AMANTE! Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto.
Están las que piensan: ¿Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica? Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más.
A las que deciden quedarse y no salen espantados por el consejo, les doy la siguiente definición:
Amante es: “Lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno, lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.
A veces nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja, también solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo pacer de un hobby…
En fin, es “alguien” o “algo” que nos “pone de novio con la vida” y nos aparta del triste destino de durar.

¿Y que es durar? Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar cómo viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, dejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.

Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, sé tú también un amante, un protagonista de la vida. Piensa que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie. Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin duda, búscate un amante.

¿Tienes amantes?

http://www.psico-impronta.com/Psicologia-y-Sexologia/Soledad/Articulos/Hay-que-buscarse-un-amante.axd

4 comentarios:

  1. No está mal como primera entrada. Al fin y al cabo Jorge Bucay siempre supo en algún momento sacarnos una sonrisa y un poco de ánimo, aunque al final seamos nosotros y nuestro entorno los que hagamos que eso perdure.
    A ver si para la próxima podemos leer algu tuyo ;)
    Mucho ánimo con el blog!
    Saludos

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  2. Sort amb el bloc.
    Conta allò que se't passe pel cap.


    Un que et vigila i et fa la fitxa.

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